El señor Bauman, el señor de los líquidos, escribe en sus cuarenta y cuatro cartas al mundo sobre diferentes tipos de temas. En una de esas cartas examina los cambios que pudieran ocurrir en nuestro entorno debido a la crisis económica, un ejercicio de inmensa utilidad, imprescindible para analizar la nueva realidad que vivimos y para empezar a olvidar nuestro pasado crediticio de imposible retorno.
Por ejemplo, deduce que podemos estar engendrando otro tipo de relaciones sociales y profesionales que pudieran incluso percutir en la organización familiar. Tal como dicen, esta crisis golpea con fuerza en sectores de producción agresiva y a gran escala, como pudiera ser la construcción o la metalurgia, sectores copados mayoritariamente por barones que se quedan en paro. En cambio, parece que afecta en menor escala en sectores como el turismo, la hostelería y en general el sector servicios en el que la mujer está más frecuentemente representada. Llevado al terreno familiar, ocurriría que las mujeres tendrían mayor posibilidad de encontrar trabajo que el hombre de un mismo núcleo familiar.
Si la crisis continua, si incluso empeora y no se sabe hasta cuándo…¿pudiera terminar invirtiendo radicalmente lo papeles asignados a los hombres y a las mujeres desde tiempos remotos? Podríamos aprovechar la crisis en todos los sentidos y también en éste, para eso que llaman «conciliar» la vida laboral con la personal, de una forma más armónica y satisfactoria que pasarse todo el día currando mientras tu hijo pasa del tatami a la piscina, y de la piscina al piano, y para la cama.
¿Y si los hombres pudiéramos trabajar en casa, o trabajar en esos minijobs que nos ofrecerían más tiempo libre que utilizar en educar, por ejemplo, a nuestros hijos? ¿Y si pudiéramos trabajar a la sombra de ella, apoyando una sola vía de ingreso pero mayor, como nuestros padres?
Que no se utilice la crisis para volver al Germinal de Zolá. Debemos estar lo suficientemente atentos y rápidos para encontrar las mejorías a lo que tenemos, entre las sombras, antes de que nos las quieran arrebatar. El señor Bauman está en ello.