
Me voy, de vacaciones. El último día de curro te deja un sabor agridulce. Me alegro de no tener que volver a fichar por algún tiempo; retomaré los horarios ajustados a mis necesidades, mis prioridades y mis caprichos; relajaré la tensión que siempre se acumula en mi estómago debida a la desnaturalizada obligación. Voy a flotar. Me voy a dejar mecer. Por otro lado, echaré de menos la velocidad impuesta, la dictadura del reloj; la trepidante costumbre de tomar decisiones en intervalos cortos, yo que suelo necesitar horas. Y echaré de menos a algunos compañeros, incluso a los que me caen mal; porque les tomo el cariño insalvable de la costumbre, como el del rehén y el carcelero que conviven en la prisión, o el de la madre y el nonato que comparten un mismo vientre.
Cuando alguno de tus compañeros se va de vacaciones no notas su ausencia, siempre hablando en el caso de que no tengas una relación profunda con él o ella. Pero al cabo del tiempo, preguntas: ¿Y cuando vuelve Gertrudis? Porque te falta una. Y cuando alguien falta durante un tiempo considerable algo desentona, porque todos tendemos a ocupar un sitio original, y es la formación de todos lo que conforma la imagen del lugar en el que trabajas; a veces, pocas, una imagen de compañerismo y amistad; otras, por lo general, una imagen de compromiso con tu cuenta corriente y tu supervivencia.
Me voy a otro sitio, en mi caso y en esta ocasión. A ocupar el sitio original que dejaste entre tus amigos, tu familia o tus novias. En un remoto lugar en el que no sabes si alguien habrá ocupado ese sitio y tendrás que ubicarte en uno nuevo. Y así sorprender a unos y decepcionar a otras. Porque esta historia no te la has inventado tú.
Tú, tú,tú…eres grande…que fantástica y elegante manera de mandarnos a todos a tomar por cleta…jejejeDisfrútalo.A algunas, nunca dejaras de sorprendernos…Txiky…reconvertida en..Mystika…jijiji…Besucos
Jejeje, la envidia que da uno que se sale de la norma. Vacaciones en febrero y sin ir a esquiar, jiji.Pero no te envidio ahora, tu sabes, je.